miércoles, 16 de noviembre de 2022

Daniel Colemnan Inteligencia emocional

 

Sabes, estoy impresionado por cómo uno de los temas implícitos de Ted es la compasión. Estas demostraciones tan conmovedoras del presidente Clinton que acabamos de ver. El VIH en África. Me gustaría hacer un pensamiento colateral, por así llamarlo, sobre la compasión y llevarlo  del nivel global al personal. Soy psicólogo, pero tranquilos, que no los llevaré al plano sexual. Hace un tiempo se realizó un estudio muy importante en el Seminario Teológico de Princeton, que habla de por qué, cuando todos nosotros tenemos tantas oportunidades de ayudar, a veces lo hacemos y otras veces no.

 Un grupo de estudiantes de teología en el Seminario Teológico de Princeton se les dijo que iban a dar un sermón de práctica y a cada uno se le dio un tema para sermón, a la mitad de esos estudiantes se les dio como tema la parábola del buen samaritano: El hombre que se paró para ayudar al extraño que estaba a un costado del camino, a la otra mitad se les dio temas bíblicos al azar y luego, uno por uno, se les dijo que tenían que ir a otro edificio, luego, uno a uno se les dijo que tenían que ir a otro edificio y dar el sermón. Mientras iba del primer edificio al segundo, todos se cruzaron con un hombre que estaba encogido y  gimiendo claramente, se quejaba claramente necesitado. La pregunta es: ¿Se atuvieron a ayudarlo? la pregunta más interesante es: ¿Importó qué estuvieran pensando en la parábola del buen samaritano? Respuesta: no, en lo absoluto. Lo que resultó  determinar si alguien se detendría y ayudaría al extraño necesitado fue ¿Cuánta prisa pensaron que tenían? Pensaban que llegaran tarde o estaban absortos pensando en lo que ¿Iban a  hablar? y este es, según creo, el  problema de nuestras vidas: creo que no aprovechamos todas las oportunidades para ayudar, porque nuestro enfoque está en la dirección equivocada.

Hay una nueva disciplina en la neurociencia social. Estudia la los circuitos del cerebro en dos personas que se activan mientras interactúan y el nuevo pensamiento sobre la compasión en neurociencia social es que nuestra reacción por defecto es ayudar, es decir, si atendemos a la otra persona, empatamos automáticamente. Automáticamente sentimos como el, existen unas  neuronas recién identificadas, neuronas espejo, que actúan como una conexión inalámbrica  neuronal,  al activar nuestro cerebro, exactamente las áreas activadas en el cerebro del otro. Nos identificamos automáticamente. y si, esa persona está en necesidad,  si esa persona está sufriendo, nosotros estamos automáticamente preparados para ayudar. Por lo menos esa es la idea, pero entonces la pregunta es: ¿por qué no lo hacemos? y creo que esto tiene que ver con un espectro, que va desde ensimismamiento absoluto, hasta el hecho de darse cuenta, en tener  empatía y la compasión. y el simple hecho es que, si estamos centrados en nosotros mismos, si estamos preocupados, como lo estamos a menudo a lo largo del día, en realidad no nos damos cuenta completamente del otro y esta diferencia entre centrarse entre uno mismo  o en el otro puede ser muy sutil.

Estaba haciendo la declaración de mis impuestos, llegué al punto en que tenía que declarar todas las donaciones que había hecho y tuve una epifanía, llevaba un cheque a la fundación Seva y noté que mi amigo Larry Brillant, estaba realmente feliz de que le diera dinero.  De que yo haya dado ese dinero a Seva entonces me di cuenta de que lo que estaba obteniendo al dar era una dosis de narcisismo  que me hacía sentir bien conmigo mismo. Luego comencé a pensar en las personas en el Himalaya cuyas cataratas mejorarían, y me di cuenta de cuenta de que fui de una clase de ensimismamiento de narcisista centrado en sí mismo. A una  alegría altruista a sentirse bien, por las personas que estaban ayudando. Creo que eso motiva, pero esta distinción entre centrarnos en nosotros mismos y centrarnos en los demás es a lo que los anímo a prestar atención, lo puedes ver de manera generalizada en el mundo de las citas amorosas.

 

Hace un tiempo estaba en un restaurante de sushi  y escuché a dos mujeres hablando sobre el hermano de una de ellas que estaba soltero, y esta mujer dice: “A  mi hermano le ha resultado difícil salir con alguien, así que está tratando de tener citas rápidas”. No sé si conocen de las citas rápidas. Las mujeres se sientan en mesas y los hombres van pasando de mesa en mesa, y  hay un reloj y una campana, y a los cinco minutos, bingo, la conversación termina y la mujer decide, si darle su tarjeta o su dirección de correo electrónico al hombre, para continuar. Y la mujer dice: “A mi hermano nunca ha recibido  una tarjeta. Y sé exactamente por qué. En el momento en que se sienta comienza a hablar sin parar sobre sí mismo, nunca  pregunta sobre ellas”, y yo estudiando la sección “estilo de domingo “del New York Times,   mirando la historia de algunos matrimonios  porque son  muy interesantes y  Llegué al matrimonio de Alice Charney Epstein.  Y decía cuando buscaba pareja tenía una prueba sencilla que ella aplicaba. La prueba era: Desde el momento en que se conocieran. ¿Cuánto tiempo le llevaría al chico hacerle una pregunta con la palabra tú? y ella, aparentemente Epstein pasó la prueba, y de allí el artículo,  ahora este es un pequeño test que le animo a que usen en una fiesta. Aquí en Ted hay Grandes oportunidades.

Los negocios en Harvard Business Review recientemente publicó un artículo llamado, “el momento humano sobre cómo crear el contacto real con una persona en el trabajo”, y decían bueno lo fundamental que tienes que hacer es apagar tu celular, cerrar tu laptop, dejar de soñar despierto y presta toda tu atención a la persona. Hay una palabra recién acuñada en el idioma inglés para el momento en que la persona en que estamos junto, saca su celular o contesta una llamada y de repente no existimos. La palabra es “pizzles” una combinación entre confundido y enojado.  Me parece bastante apropiada en nuestra empatía, nuestra capacidad para conectar lo que nos separa de maquiavélicos o sociópatas.

Tengo un cuñado que es experto en horror y terror. Escribió  “Drácula anotado”, “Frankenstein esencial”, fue entrenado como un especialista en chaucer, pero nació en Transilvania y creo que eso lo afectó un poco. De todos modos, en cierto momento, mi cuñado Leonard decidió escribir un libro sobre un asesino en serie. Se trata de un hombre que aterrorizaba los alrededores donde hace muchos años era conocido como el estrangulador de Santa Cruz y antes de ser arrestado había asesinado a sus abuelos, su madre y cinco estudiantes en Universidad de Santa Cruz.

 Así que mi cuñado va a entrevistar al señor y se da cuenta cuando lo conoce, que el hombre es absolutamente  aterrador por un lado, mide casi siete pies de altura, pero eso no es lo más aterrador de él, lo más aterrador es que su coeficiente intelectual es de un genio certificado de ciento sesenta, pero, la correlación entre el coeficiente intelectual y el sentimiento de empatía emocional con la otra persona, es nula. Están controlados por diferentes partes del cerebro, En un momento determinado, mi cuñado se arma de valor y le hace una pregunta que realmente quiere saber y la pregunta es: ¿Cómo pudiste haberlo? ¿No sintió lástima alguna por tus víctimas? estos fueron asesinatos muy íntimos, estranguló a sus víctimas. Y el estrangulador dice con mucha naturalidad !oh no! si hubiera sentido su angustia no podría haberlo hecho. Tuve que desconectar esa parte de mí, tenía que apagar esa parte de mí y creo que eso es muy preocupante. Y, en cierto sentido he estado reflexionando sobre el hecho de desconectar esa parte de nosotros. Cuando nos enfocamos en nosotros mismos, en cualquier actividad, desconectamos esa parte de nosotros si hay otra persona.

Piense en ir de compras  y  Piense en las posibilidades de un consumismo compasivo ahora mismo, como ha señalado Bill McDonough, Los objetos que compramos y usamos esconden consecuencias. Todos somos víctimas involuntarias de un talón de Aquiles colectivo. No nos damos cuenta de que no percibimos y no nos damos cuenta de que no percibimos. Las moléculas tóxicas que emite una alfombra o la tela de los  asientos o no sabemos si esa tela es un nutriente tecnológico o de fabricación; ¿Puede reutilizar? o ¿Se va directamente a un vertedero? En otras palabras, no nos damos cuenta de las consecuencias ecológicas, de salud pública y de justicia social y de justicia económica, de las cosas que compramos y usamos. En cierto sentido, lo tenemos a la vista pero no lo vemos. Y nos hemos convertido en víctimas de un sistema que nos distrae. Consideren esto.

Hay un libro maravilloso llamado “Stuffed the daily life of the hidden life of daily objects” (Cosas, la vida oculta de los objetos cotidianos) y habla de la historia de una camiseta. Y habla de dónde se cultivó el algodón y los fertilizantes que se usaron. Y las consecuencias de ese fertilizante para la tierra. Y menciona, por ejemplo, que el algodón es muy resistente a los tintes textiles; alrededor del 60% se convierte en aguas residuales y no es bien conocido por el epidemiólogo como afectan  a los niños que viven cerca de fábricas textiles con unas altas tasas de leucemia. Hay una empresa Benetton  que suministra Polo.Com y  a  Victoria's Secret. Ellos gracias a su director ejecutivo que es consciente de esto, hicieron una alianza estratégica en China, formaron una empresa conjunta con sus fábricas de tintes para asegurarse de que las aguas residuales se cuidarían adecuadamente antes de que volviera a las aguas subterráneas, ahora mismo, no tenemos la opción de decidir la camiseta elaborada con conciencia social y la que no ha sido. Entonces, ¿qué se requeriría para tener esa opción? Bueno He estado pensando. Por un lado, hay  una nueva tecnología de etiquetado electrónico que permite que cualquier tienda conozca el historial completo de cualquier artículo en los estantes en esa tienda. Puede rastrearlo hasta la fábrica. Una vez que pueda rastrearlo hasta la fábrica, puede rastrearlo hasta la tienda y analizar el proceso de manufactura que se usaron para la producción y si se ha confeccionado con pasión, lo puede etiquetar de ese modo  o si no, puede entrar hoy en cualquier tienda poner tu escáner en la palma de la mano y aplicarlo sobre un código de barras que te llevan a un sitio Web, lo tienen para personas con alergias a los cacahuetes. Ese sitio web podría decirle cosas sobre ese objeto, en otras palabras, al momento de compra podríamos hacer una elección compasiva. Hay un dicho en el mundo de la ciencia de la información, al final todos sabrán todo y la pregunta es: ¿Hará esto una diferencia?

Hace algún tiempo, cuando trabajaba para el New York Times, en los años 80, escribí un artículo sobre lo que entonces era un nuevo problema en Nueva York: las personas sin hogar en las calles. y pasé un par de semanas dando vueltas por allí con la agencia de trabajo social que dedicaba a las  personas sin hogar y me di cuenta al ver a las personas sin hogar a través de sus ojos que casi todos eran pacientes psiquiátricos que no tenían a dónde ir.

Este  diagnóstico, Me hizo reflexionar y  sacarme del trance urbano por el cual  cuando miramos, cuando pasamos a una persona sin hogar en la periferia de nuestra visión, permanece en la periferia. Que no notamos y por lo tanto nosotros no actuamos.

Un día próximo  a eso;  era un viernes al final del día, baje, iba al metro,  era hora pico y miles de personas bajaban las escaleras como una corriente y de repente al yo bajar las escaleras, noté que había un hombre desplomado a un lado de las escaleras,  sin camisa, sin moverse y la gente simplemente le pasaba por encima, cientos y cientos de personas y como mi trance urbano se había debilitado de alguna manera me vi a mi mismo deteniéndome para averiguar ¿qué le pasa? en cuanto me detuve media docena de personas más rodearon al tipo , inmediatamente y averiguamos que era hispano que no hablaba nada de inglés, que no tenía dinero, que llevaba días deambulando por las calles, hambriento  y se había desmayado de hambre. Inmediatamente alguien fue a comprar jugo de naranja, alguien le consiguió un perro caliente y alguien trajo a un policía del metro. El tipo se puso de pie de inmediato, pero todo lo que necesitó fue un simple hecho de fijarse, así que  soy optimista, ¡muchas gracias!


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